Boceto de "Una y tres pinturas" (2012) |
Justo
a su lado, se abre un hueco en la pared de las mismas dimensiones. Esta vez es
el hueco el que está enmarcado con la misma moldura que la anterior obra. Al
fondo del marco, hundida en la pared y casi sin luz, como en una caverna,
advertimos que puede tratarse de la misma pintura.
Finalmente,
la pintura que parecía habitar en los dos anteriores marcos, que parecía
esconderse en aquel marco extendido hacia fuera y que se incrustaba en la
profundidad del hueco de la pared enmarcada, se muestra ahora directamente
pintada sobre la pared de la sala. El marco que la defiende está igualmente
pintado, todo es pintura.
Nos
acercamos y descubrimos que lo que aparece pintado directamente sobre la pared
es también el tema de los dos anteriores cuadros: una silla. El título de la
instalación: “una y tres sillas”. Entendemos entonces que no es un juego
perceptivo ni conceptual y que no se trata de un chiste metalingüístico, sino
de todo ello a la vez.
"Una y tres sillas" Joseph. Kosuth, 1965. |
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