Silla


Publicado en Mugalari, Gara 13/08/10
Una silla, pongamos por caso. Un objeto de fuerte carga simbólica, una forma pregnante, pieza de diseño por excelencia, elemento teatral, poético, artístico.
Robotic Chair es una silla de madera que se desmonta estrepitosamente, de súbito. Asiento, patas y respaldo quedan desperdigadas por el suelo como partes de un cuerpo desmembrado. Inesperadamente, el asiento cobra vida, comienza a buscar y a acoplarse con el resto de piezas. Todo se va recomponiendo poco a poco hasta que la silla se pone en pie por sí sola. Lo descrito es una obra de Raffaello D´Andrea y Max Dean realizada en 2006. En la corta secuencia en que evoluciona este artefacto (video accesible en Internet), hemos tenido elementos trágicos, épicos, e incluso una celebración de la vuelta a la vida, ¿vida?.
Resulta sugerente en un ejercicio de osadía “mobiliario-artística” la idea de unir la obra antes descrita con uno de los ejemplos más claros de la evolución intelectual que ha sufrido el arte: “Una y tres sillas” (1965), de Joseph Kosuth, en la que se disponen contiguamente la definición textual de una silla, la foto de una silla y, por último, la silla. ¿Añadiría el invitado robótico algo nuevo al grupo? ¿Qué tipo de rol jugaría Robotic Chair en este conjunto de muebles “representados”?
The Table: Childhood (La mesa: infancia) 1984-2001, es también una obra de D´Andrea. Se trata de una mesa robótica totalmente autónoma que selecciona a un espectador para empezar una relación con él. La mesa escoge al individuo e interactúa con él durante el tiempo que permanece en el espacio acotado para la experiencia. The Table intercambia los roles de espectador y objeto. Es la obra y no el espectador la que tiene que decidir.
A estas alturas de columna se ha hecho complicado que convivan los elementos de que disponemos en nuestra imaginaria estancia. Contamos con una mesa y cuatro sillas, pero la partida de mus se antoja realmente complicada.

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